De la “Oposición Política” a la “Ampliación de Visión”


Las palabras tienen peso. Traen significados y connotaciones positivas o negativas. Por ejemplo, si yo le digo que piense en la palabra “mamá” ¿Qué es lo primero que se le viene a la mente?, ahora si le digo la palabra “madrastra” ¿en su pensamiento aparece algo igual de positivo que mamá? Hagamos otra prueba, esta vez con las palabras “Zapato” “Cucaracha” e inmediatamente notarán como su cerebro (como el Iphone) hace una suerte de “autocomplete” y asocia esas dos palabras con la acción de aplastar. Esas explicaciones las pueden entrar a conocer a mayor profundidad en un libro de un premio nobel de economía que se llama “Think Fast, Think Slow”, el autor es un profesor de apellido Kahneman. Dicen que es buena gente, eso me lo contó mi profesor Paul Dolan pues trabajó con Daniel Kahneman en Princenton y cuando publicó su best-seller sobre la ciencia de la felicidad, el nobel le regaló el prologo de un libro (siempre clave tener un buen prologuista)… pero esa es otra historia, que capaz podemos conversar otro día.  

Pero regresando al tema de la columna, entre toda esta polarización política, me pregunto de donde viene tanto conflicto y creo que viene de algo más elemental y simple que pensar en intereses, agendas ocultas, maletines negros e ideologías (en el remoto y extraño caso que aún existan políticos que se lleven por ideologías). Creo que la raíz de este constante choque y conflicto proviene de la división artificial de bandos entre “oficialismo” y “oposición”. Esto es algo que requiere solucionarse pues esta incapacidad nos impide trazar proyectos de largo plazo para el beneficio del país. No es invento, si ponen en google: “índice de competitividad Foro Económico Mundial” verán que El Salvador están en el puesto 129 de 141 en capacidades para crear proyectos a largo plazo. Es decir que el mundo sabe que no nos podemos poner de acuerdo en cosas básicas (¿Pena ajena? ¿Pena propia? Bastante me parece).  

Cuando algo viene de la “oposición” viene cargado con una energía negativa. La propuesta viene del que se “opone” a la mayoría, del que se “opone” a la ejecución de proyectos del ejecutivo y demás concepciones implícitas que conlleva ser “Oposición”. Ser “Oposición”, de forma inconsciente (lugar donde se construyen todas nuestras manías y comportamientos conscientes según explicó el genio Suizo Carl Jung) se circunscribe a algo negativo, inoportuno, contrariado, pesado, de mal gusto. La palabra “oposición” genera un “efecto anclaje” (ver Kahneman) e implica que nos ponemos unos lentes que nos hace ver como negativo todas las propuestas del grupo no oficialista, ya que después de todo, son “la oposición”. 

¿Qué tal si pasamos de la oposición a la “Ampliación”? Me parece que eso cambiaría la percepción negativa de las propuestas, ya que con la “Ampliación”, lo que se persigue es la ampliación del criterio del oficialismo. Incluyendo perspectivas y opiniones que no estaban siendo escuchadas, abriendo espacio para perfeccionar los diferentes proyectos, con la incorporación de múltiples voces. Además, hablar de “Ampliación”, apoyamos los ideales democráticos de incluir a las minorías (por muy 3% que sean) en la toma de decisión, erradicando la nefasta idea de aplastar, hundir o destruir a la oposición, pues ¿Quién no quisiera tener una perspectiva ampliada? Al hablar de “Ampliación” en lugar de “oposición”, también implica un efecto anclaje, que lejos de ser negativo, da esa sensación de tener una visión 20-20, un entendimiento al problema más completo y una respuesta al desafío mas detallada. 

Ampliemos nuestro criterio y dejemos de ver al que piensa diferente como enemigo. 

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